Miércoles 01 y jueves 03 de Agosto del 2018
Tema:
- La planificación de inversión
- Revisar la asignación de recursos y su influencia en las planificaciones gubernamentales, por medio de la revisión documental y socialización de diálogos.
Desarrollo:
El Plan Nacional de Desarrollo
y la planificación a largo plazo
Al revisar la historia de un país queda en evidencia que sus
propósitos dependen de las decisiones y acciones que se tomen
en el presente. Por esto, el establecer propósitos a largo plazo
en la planificación contribuye a definir estrategias que, en el
futuro, permitirán configurar progresivamente la sociedad que
se anhela. Así, en la última década se construyó un argumento
en contra de la antigua visión inmediatista de la planificación
en el país; argumento que se sostuvo gracias a la recuperación
del rol planificador del Estado, que permitió que se incorporaran
instrumentos para la planificación a largo plazo.
De este modo, el primer Plan Nacional de Desarrollo posicionó
una Estrategia de Largo Plazo (ELP), un trabajo no realizado
anteriormente. La Estrategia definió, por etapas, cuatro
momentos de efectos cumulativos, cuya sucesión preveía
pasar de una economía primario-exportadora a una economía
terciario-exportadora, basada en bioservicios. La intención
de esto era cambiar la limitada estructura económica, por
medio de modificaciones en la composición relativa de los
sectores primario, secundario y terciario. Para fomentar
este tránsito desde un primer momento, sin embargo, era
necesario incentivar procesos de acumulación de recursos
para redistribuir sus beneficios. Esto incluyó la generación de
capacidades a nivel país (carreteras, hidroeléctricas, puertos,
aeropuertos, etc.) y el incentivo a un conjunto de industrias
básicas, sin descuidar el uso responsable de los recursos
naturales. En ello se apoyaría el camino hacia una economía
que superara su dependencia en la extracción de recursos
naturales. En consecuencia, es algo que se debe mantener.
Años más tarde, el Plan Nacional para el Buen Vivir 2013-2017
retomó con ajustes y modificaciones la ELP del Plan anterior. En
este caso, la innovación se manifestó a través de la idea de un
cambio paulatino hacia una sociedad del conocimiento; es decir,
se planteó pasar de una economía basada en los bienes finitos
a una economía de los bienes infinitos, una economía social del
conocimiento. Tal orientación también se debe mantener, en
vista de sus beneficios.
La Visión de Largo Plazo del Plan Nacional de Desarrollo 2017-
2021 ha sido encaminada sobre las líneas de estas versiones
anteriores y se fundamenta en la primera fase correspondiente
a la década anterior, en la que se alcanzaron logros importantes como mayor equidad y justicia social, el desarrollo de capacidades
del talento humano y capacidades productivas, grandes
proyectos de infraestructura para el desarrollo en cuanto a salud,
educación, vialidad, generación eléctrica, y servicios con amplia
cobertura a nivel nacional, entre otros. Sin embargo, el Plan
evidencia los nuevos retos por superar en tres ejes principales:
derechos para todos durante toda la vida, economía al servicio
de la sociedad, y capacidades sociales y estatales para fortalecer
el tejido social y la existencia de un Estado democrático para el
bien común. Los desafíos se encuentran ahora en mantener una
economía inclusiva que modifique su composición relativa para
el cambio de matriz productiva: una economía que genere alto
valor agregado, a la par de propiciar una sociedad con valores
basados en la solidaridad y la corresponsabilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario