Miércoles 18 y jueves 20 de Julio del 2018
Tema:
- Planes de vida de pueblos y nacionalidades
- Dialogar y demostrar la consideración de los pueblos indígenas y nacionalidades en las planificaciones del estado.
Desarrollo:
Contexto Histórico
y Diagnóstico de la
Realidad Nacional
Actual
Entre 2007 y 2008, Ecuador experimentó el proceso constituyente más
democrático de su historia. Hoy tenemos una sociedad con mejores capacidades,
distribuidas de manera más equitativa. En consecuencia, debemos afrontar
nuevos desafíos, para lo cual es necesario partir de un análisis de las capacidades
generadas en la última década e identificar aquello que nos resta por hacer, para
alcanzar una vida digna para todos y todas.
Transición a un
nuevo escenario
Resulta clave situar el contexto histórico y tener presente de
dónde se ha venido, para proyectarse hacia el futuro. Entre
1997 y 2007, la inestabilidad política era una constante (ocho
diferentes presidentes gobernaron en un período de diez
años). La peor crisis económica de la historia nacional –en
el umbral entre los siglos XX y XXI– marcó profundamente
a la población ecuatoriana y provocó secuelas que aún son
vividas por las generaciones actuales. La desacreditación
general de la sociedad política sacudió las bases sobre las
que se levantaba el régimen del país y, en consecuencia, el
desgaste de las instituciones públicas generó en la población
un entorno de antipatía y desesperanza. Sin embargo, esta
serie de crisis condujo, a su vez, a un período de cambio.
Entre 2007 y 2008, Ecuador experimentó un proceso
constituyente profundamente democrático que dio lugar a un
texto constitucional de vanguardia, garantista de derechos
y aprobado masivamente tras referéndum popular, con una
mayoría de las dos terceras partes.
Como parte de un período de transición, los tres primeros
Gobiernos de la Revolución Ciudadana debieron enfrentar a
aquellos poderes fácticos enquistados corporativamente en el
Estado y que, desde fuera de la institucionalidad, pretendían
seguir imponiendo agendas particulares sobre lo público.
La recuperación de la independencia del Estado no fue
sencilla; tampoco lo fue la democratización de los beneficios
del sector público.
De todas formas, estos cambios iniciales
eran necesarios para recuperar el Estado como entidad para
generar bien común y transformar las correlaciones de poder.
Con el tiempo, la implementación de este nuevo esquema
permitió reducir la pobreza y la desigualdad, cultivar las
capacidades de la población en cuanto a talento humano
–en la forma de gratuidades para la educación hasta el
tercer nivel, becas nacionales e internacionales, ampliación
masiva de cupos para matriculación y procesos constantes
de mejoramiento de la calidad docente–, así como incentivar
las capacidades productivas –con carreteras de primer orden,
plantas de energía limpia y renovable, créditos productivos,
proyectos multipropósito, unidades educativas, facilidades
de la salud pública, infraestructura de primera mano para la
seguridad ciudadana y demás.
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